Me muevo al margen...

Aquí, en el margen, en el margen del canon, no hay reglas que cumplir, ni jueces que complacer, ni halagos que buscar, ni aplausos que dar con el hígado irritado...aquí, en el margen, en el margen del canon, sólo puedo hacer lo que me da la gana...

domingo, 1 de marzo de 2015

NUNCA SERÁS UN HÉROE

¿Cómo puedes olvidar que lo tuyo es recolectar goteras? ¿Qué tu única misión es aguardar que el temporal penetre la techumbre? ¿Que debes correr a la cocina por las ollas de aluminio, colocarlas en los sitios de costumbre y esperar la música de las gotas?
            ¡Nunca serás un héroe!
            A tu pajarito preñado de ilusiones se le acabó el tiempo, nunca parió. Tus barbas se tiñeron de nubes de marzo. Los días enterraron su arado en tu cara. Ya no juegas pelota tan rápido como antes. Ahora pagar una casa modelo cajita de fósforo es tu cadena perpetua.
            ¡Mejor entierras tus anhelos en el jardín!
            Ya no eres un muchacho y quieres ser un héroe. Y en esta ciudad donde los aguaceros ya no son bendiciones y el sol se vuelve flagelo y el polvo tatúa la piel y los cartones convertidos en bienes raíces cargan con la miseria de una metrópoli ahogada en olores. ¿Aquí? ¡Estás loco! Quieres ser un héroe y en esta ciudad de moscas. Aquí todos se escondieron, incluso los campeones. ¿Y tú pretendes ser un héroe?
                                        ¡Eres una raíz!       
            ¿No oíste decir que las raíces crecen de noche y se entierran en el fango y ahorcan los cuerpos podridos y rompen sus cráneos? ¿No oíste decir que viven revolcándose en sus bajezas? ¿No oíste decir que de día no se atreven a crecer, no ocurra un accidente y un rayo de luz se cuele en sus recámaras? ¿Y tú estás preparado para enredarte con un rayo de luz? ¿O te comiste el cuento de la blanca paloma? Olvidas un pequeño detalle: ¡Ella es una farisea!
            Cuando en la calle se escuchan pasos de niños, se acurruca en la orilla y espera las caricias y migajas de algún pequeño. Apenas marchan los infantes, a punta de picotazos y golpes de patas y golpes de alas, despoja de migas a sus hermanas. Luego, muy ufana, hincha su pecho y aguarda a la próxima criatura. ¿Y te atreves a pensar que la blanca paloma es una heroína?
            No, no lo es. ¡Y tú nunca serás un héroe!
            Vuelve a tus ollas de aluminio. Si no te gusta el sonido de las gotas chocando contra el metal, compra platones de plástico. Si no te gusta despertar a mitad de la madrugada, ubica las ollas antes de irte a dormir. Si algo no te gusta, acostúmbrate a ello. ¿O es que tú crees que la vida se trata de algo diferente? Olvídate del heroísmo y ten listas las ollas para recoger el agua del próximo aguacero. Acepta el destino y lo que te tocó ser en este planeta. Recuerda que tú sólo eres una raíz con evocaciones de paloma blanca. Tú eres un recolector de gotas de lluvia filtradas en la casa.

            ¡Así que ni se te ocurra subir al techo a tapar las goteras!

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