Me muevo al margen...

Aquí, en el margen, en el margen del canon, no hay reglas que cumplir, ni jueces que complacer, ni halagos que buscar, ni aplausos que dar con el hígado irritado...aquí, en el margen, en el margen del canon, sólo puedo hacer lo que me da la gana...

domingo, 19 de marzo de 2017

ADVERTENCIA

Esto es una advertencia, tramposa, tardía:
            Oír, leer, pensar, oler, gustar, percibir, masticar, lamer, acercar, frecuentar, tocar, fraternizar, interesar, examinar, curiosear, probar, avistar, cavilar, rozar, adosar, repetir, manosear, armonizar, concernir o hurgar estas... ¿Canciones? ¿Historias?...No, maldiciones. Puede ser peligroso.
            Más cuando ante el abismo se respira el aire pesado de un hijo en adiós y la garganta se parte en dieciocho con el grito: ¡Ningún muchacho debería partir antes que su padre! Más cuando hay que nadar hasta el final y sin estar preparado y nunca se está preparado. Esas maldiciones pueden ser peligrosas. Más cuando se busca la serenidad de los mares picados.
            Ellas, las maldiciones, abordaron mi dolor. Ahora estoy enfermo. Tengo fiebres gozosas, supuraciones risueñas, tos danzarina. Ya no me preocupa ganar la lotería, ya no me importan mis condenas. Hoy, en mi delirio, hasta sonreí a un atardecer repleto de franquezas.
            Ellas me enfermaron y escuché el grito de la aurora: ¡Maldita sea el agua estancada! ¡Maldito el viento frenado! Y alucinado hasta creo que se puede ser un héroe y trepar al techo y tapar las goteras.

Ellas me enfermaron y no sé que hacer. Supongo que con la fiebre dejará de preocuparme el uso correcto del tenedor de ensaladas y comeré más ensaladas. Ya me advirtieron que así se comportan los enfermos de maldiciones. Y yo estoy enfermo y no sé que hacer. Supongo que con el tiempo, mi tiempo, ese tiempo, aprenderé a maldecir, eso es lo que supongo.