Me muevo al margen...

Aquí, en el margen, en el margen del canon, no hay reglas que cumplir, ni jueces que complacer, ni halagos que buscar, ni aplausos que dar con el hígado irritado...aquí, en el margen, en el margen del canon, sólo puedo hacer lo que me da la gana...

domingo, 20 de abril de 2014

REGRESA

Gato posando

Regresa, todavía hay rostros que resienten tu distancia.
            Rostros que precisan despeinarse, chocar contra el viento y archivar las arrugas en la última gaveta; rostros faltos de mejillas con alas que puedan volar sobre los lagos azabaches, esos donde duerme la memoria sumergida en sal.
            Rostros que precisan construir hogares y no edificios inteligentes, caminar en las marchas y no reprimirlas, dar el vuelto exacto y hallar en el diccionario la palabra ministerio; rostros que quieran pregonar más el Domingo de Pascua y menos el Viernes Santo.
            Rostros que precisan entender que las ventanas son para la luz y no para el espionaje, que la gente es gente y no chequera; rostros adictos que necesitan desistir de la velocidad.
            Rostros que precisan buscar dientes de leche insertos en una boquita, el coraje de no traicionarse, vivir sin ocultar la luz, morir sin buscar la muerte, vivir sin imitar al murciélago; rostros que precisan desplomarse en soledad antes que permanecer hediondos a orines de gusano.
            Regresa, esos rostros ya no son ajenos sino tuyos e insisten en buscarte en el cristal. Ellos te darán lo bello. No sabrán cómo, no tendrán idea, pero te cumplirán.
            Regresa, todavía hay rostros que resienten tu distancia.  

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