Me muevo al margen...

Aquí, en el margen, en el margen del canon, no hay reglas que cumplir, ni jueces que complacer, ni halagos que buscar, ni aplausos que dar con el hígado irritado...aquí, en el margen, en el margen del canon, sólo puedo hacer lo que me da la gana...

domingo, 6 de marzo de 2016

LA FLOR DE SEPTIEMBRE

                       
El día del granizo perdí el néctar de la Flor de Septiembre y gané los cardos tejidos por el desierto. Su corola, desencantada por la música de mi clarinete, marchó con su color rumbo al horizonte y dejó tras de sí mariposas azules disueltas en la arena. Un clavo saca otro clavo, una espina saca otra espina pero ninguna zarza de aserrín saca una puya de acero.
            Pésimos caminos recorrí con la ausencia tomada de mi mano y una lechuza de plomo picoteó los filos de mis cejas. Al nadar en su riachuelo y secar mi piel con su estrella, jamás pensé que ella podría olvidar mi eufonía.
            Desde el arco iris hasta el tucán. Desde la rosa hasta el jazmín. Desde la piña hasta el níspero. Todos me son grises, fétidos, amargos. Inhalo arena y polvo de mariposas. Exhalo sequedad y el dolor de los bronquios. La Flor de Septiembre se transplantó a otro jardín, su nuevo perfume jamás conocerá la tez de mi olfato.
           Mordida por orugas la dermis de mi vientre refleja las oscuridades. La seguridad del suelo pudo más que la libertad del viento. Ganó el jardinero y perdió el clarinete. El batir de alas cayó en el hueco de la distancia. La Flor de Septiembre estaba lista, yo no y ella, la Flor, no pudo esperar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario