Me muevo al margen...

Aquí, en el margen, en el margen del canon, no hay reglas que cumplir, ni jueces que complacer, ni halagos que buscar, ni aplausos que dar con el hígado irritado...aquí, en el margen, en el margen del canon, sólo puedo hacer lo que me da la gana...

sábado, 4 de agosto de 2012

LA VIEJA


La Vieja

Marcha por las calles una vieja abandonada. Es calva, con unos cuantos cabellos blancos, reventados a tirones. Tiene la piel llena de surcos labrados por la intemperie. Sus huesos amazacotados no le permiten huir de los palos y pedradas; tiene los cachetes y la espalda teñidos de morado. Nadie desea oler el resuello proveniente de sus adentros. Me han contado que verla directo a los ojos es algo desagradable. Sólo Chuchito, el loco del barrio, es su amigo. Se pasan horas conversando; algunas veces él me cuenta lo que charlaron. No le presto mucha atención. Lo primero que siempre me dice es el nombre de la vieja; algo así como Verdad, si no mal me acuerdo.

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