Marierro (Foto de Dece Ereo de estatua de Manuel Montilla)
Creí que podía ayudarla, en serio, que así
no se perdería en las noches y podría verla en cualquier momento aleteando en
el jardín. Pero como dice mi mamá: Tú con tus ideotas siempre quedas como
idiota. Ahora está allí, tendida y tiesa, con su cuerpo fosforescente, ahogada
por los vapores pesados. Sus patitas recogidas, las antenas estiradas y las
alas en arruga, no me dejan olvidar que por querer hacer un bien, hice el mayor
mal. ¿Cómo iba a saber que si la pintaba la mariposa moriría?
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