Dedos al frente
Tengo los dientes careados, los ojos
hundidos, la piel fruncida apresuradamente y llenas de varices las piernas.
Creo que se debe a un desorden en los fluidos vitales. Transpiro lágrimas
cuando salgo a buscar empleo y no consigo. En mis arterias circula sudor, ya
que camino mucho buscando oportunidades e ingiero poco alimento. Cuando lloro,
ocasionalmente me doy ese lujo, de mis ojos brota sangre pues el dolor de la
pobreza es grande y endémico. Pero con todo, jamás dejo de tener los dientes al
frente. Nadie va impedirme sonreír. Aquel a quien no le guste mi sonrisa de
caries, se lo advierto, tendrá que pagarme la consulta con un dentista.
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