Me muevo al margen...

Aquí, en el margen, en el margen del canon, no hay reglas que cumplir, ni jueces que complacer, ni halagos que buscar, ni aplausos que dar con el hígado irritado...aquí, en el margen, en el margen del canon, sólo puedo hacer lo que me da la gana...

domingo, 25 de mayo de 2014

DISCERNIMIENTO

Gris y rosado

DISCERNIMIENTO

            Hoy día la carrera de derecho se encuentra en pleno apogeo. Todo papeleo implica contratar a un abogado. El otro día, para un simple trámite municipal, supe que necesitaste los servicios de un licenciado en leyes. Lo del contrato de importaciones y todo aquello. ¡Y qué honorarios más altos cobró el fulano! Pero quiero que te detengas a reflexionar sobre tus hijos.
            Mira a Eusebio. Está allí por tu culpa. Querías ufanarte ante tus amigos y mamá deseaba una atención rápida y confiable a su hipocondría. De nada valió decirles cuanto le disgusta ver sangre, agujas, catéteres y huesos rotos. No les importó. Tampoco su escasa vocación para afrontar el dolor humano. Menos. Cuando les dijo que deseaba ser maestro, se rieron comentando que ya había suficientes muertos de hambre. Lo único que les interesaba era colgar otro feo trofeo en la pared: Su diploma de medicina. Por eso Eusebio es infeliz. De nada valió obligarlo a estudiar medicina. No cura enfermos. No pudo. Así que se ve obligado a seguir abriendo cadáveres en la morgue.
            ¿Y Marino? ¿Qué me dices de Marino? ¿Por qué le faltará valor para cambiar de profesión? Sé que no quiere vivir así. Le falta ternura, cariño y sobre todo un cuerpo que lo acompañe. Una cintura donde clavar sus dedos, una espalda que lo calme, unas manos ajenas inquietas por contar sus vellos, recorrer sus curvas y llenar sus profundidades. Tú bien sabes que eso del celibato no es para Marino. Al obligarlo a entrar al seminario, sólo intentaste ocultar sus preferencias. Pero él sigue anhelando satisfacer el deseo que tanto te espanta. Y también es infeliz.
Pero donde te luciste fue con Susana. Desde muy joven la hiciste calzar botas militares. Todo porque era un espíritu libre que no se sometía a tus designios. Lleva muchos años manchando sus botas de polvo, lodo y sangre. Antes ella misma las lavaba y lustraba hasta que brillarán como espejos. Ahora, algún soldado con el fusil cruzado en la espalda y acomodado en un taburete lo hace. Ventajas del rango. Y pensar que tú eres el responsable de ese amorío entre Susana y sus botas. La arrastraste, tirando de sus orejas, hasta la academia militar. ¿Y adivina? También es infeliz.

            ¿Comprendes el efecto que han tenido tus imposiciones sobre la vida de tus tres hijos mayores? ¿Y quieres que yo siga por el mismo camino? ¿Qué te pasa? Sé que es importante contar con un abogado de confianza, por si acaso un percance con la justicia o algo parecido. Es más, me honra que pienses en mí para tal responsabilidad familiar. Pero papá, si quieres un abogado en la familia, matricúlate tú en la Facultad de Derecho.

domingo, 11 de mayo de 2014

INSTRUCCIONES PARA MONTAR UNA BICICLETA CON UN PEDAL DAÑADO

Atento

INSTRUCCIONES PARA MONTAR UNA BICICLETA CON UN PEDAL DAÑADO
La crisis arrecia y ya no es posible mantener el ritmo consumidor. Los indicativos así lo indican: Se redujo el número de automóviles en las calles, aumentaron los ciclistas en las mismas y por último, ¡Lo último!, Creció la población de bicicletas con pedales dañados. Razones hay, desde aterrizajes forzosos y laterales, hasta sobrepeso de los usuarios, sin olvidar las pequeñas colisiones al intentar estacionar de un tirón las bicicletas en las aceras.
            Esta peculiar situación nos motiva a lanzar una campaña para el uso eficaz y eficiente de las bicicletas en dichas condiciones. Sin duda, en eso de dar consejos, somos muy acertados.
            Antes de cualquier acción verifique la incompatibilidad entre el pedal roto y su pierna de uso preferencial. Debe asegurarse que si el pedal dañado es el derecho, usted sea zurdo de extremidades inferiores. Eso es fácil. Para saber cuál es el pedal dañado de la bicicleta, colóquese frente a ella asiendo el timón con ambas manos, tal como si tomara por los cuernos a un ejemplar del género vacuno; si el pedal dañado lo observa del lado de su extremidad superior derecha, entonces, el pedal estropeado es el izquierdo. No olvide el efecto espejo.
            Para saber si usted es zurdo o diestro de piernas, basta con solicitarle a algún vecino, familiar, amigo o compañero de trabajo, que le arroje un balón de fútbol y así poder observar con cuál pie reacciona y patea el susodicho balón. Quien lo ayude debe instalarse frente a usted a unos seis metros con veinticuatro centímetros; milímetros más, milímetros menos, no importa, despreocúpese por la exactitud. Luego lanzarle el balón en dirección a sus pies en una elíptica de elevación no mayor a dos veces y un cuarto su propia altura y no menor a su propia altura y tres cuartos. O sea, si usted mide 1.64 metros el balón debe elevarse entre 2.87 y 3.69 metros. Recuerde, milímetros más o milímetros menos, no se afane por la exactitud. El balón debe viajar con fuerza para vencer la atracción gravitatoria del planeta pero sin olvidar que usted ya tiene problemas visuales y que no es ni Rivaldo ni Chilabert. Por último, después de lanzado el esférico, su colaborador debe encomendarse al santo de su preferencia, pues a pesar de no ser ni Rivaldo ni Chilabert, probablemente usted se crea Roberto Vagio disparando un penal.
            Si patea el balón con el pie derecho, obviamente usted es diestro de piernas. De resultar que el pedal dañado no es incompatible con la pierna de su preferencia usual, deberá entrenarse hasta que así lo sea. Es decir, si el pedal dañado es el derecho y usted es diestro pernilmente hablando, haga el ejercicio futbolístico hasta que termine pateando con la izquierda o se harten sus amigos, familiares, vecinos o compañeros de trabajo de perseguir balones.
            La incompatibilidad pedal y pierna tiene como resultado que usted al pedalear haga mayor esfuerzo sobre el pedal aún no dañado; así la pieza afectada sufrirá menos deterioro y se alargará su precaria y frágil vida media. Pero.
            Sabemos que usted ahora destina la mensualidad de su antiguo auto en el pago de la parte de la hipoteca responsabilidad de su cónyuge recientemente despedido y que el dinero destinado a sufragar el costo del combustible, ahora lo dirige a subsanar el alza inflacionaria en la canasta básica familiar. Sin embargo, ¿se acuerda de lo gastado en lubricante? Ahorre dicho fondo. Mire que se lo estamos advirtiendo a tiempo. Con la fuerza extra que usted va a imprimir sobre el pedal todavía sano, éste tardará poco en pasar a pedal dañado; así que, tarde o temprano, tendrá que realizar una inversión y comprarse dos nuevos pedales.