Atento
INSTRUCCIONES PARA
MONTAR UNA BICICLETA CON UN PEDAL DAÑADO
La crisis arrecia y ya no es
posible mantener el ritmo consumidor. Los indicativos así lo indican: Se redujo
el número de automóviles en las calles, aumentaron los ciclistas en las mismas
y por último, ¡Lo último!, Creció la población de bicicletas con pedales
dañados. Razones hay, desde aterrizajes forzosos y laterales, hasta sobrepeso
de los usuarios, sin olvidar las pequeñas colisiones al intentar estacionar de
un tirón las bicicletas en las aceras.
Esta
peculiar situación nos motiva a lanzar una campaña para el uso eficaz y
eficiente de las bicicletas en dichas condiciones. Sin duda, en eso de dar
consejos, somos muy acertados.
Antes de
cualquier acción verifique la incompatibilidad entre el pedal roto y su pierna
de uso preferencial. Debe asegurarse que si el pedal dañado es el derecho,
usted sea zurdo de extremidades inferiores. Eso es fácil. Para saber cuál es el
pedal dañado de la bicicleta, colóquese frente a ella asiendo el timón con
ambas manos, tal como si tomara por los cuernos a un ejemplar del género
vacuno; si el pedal dañado lo observa del lado de su extremidad superior
derecha, entonces, el pedal estropeado es el izquierdo. No olvide el efecto
espejo.
Para saber
si usted es zurdo o diestro de piernas, basta con solicitarle a algún vecino,
familiar, amigo o compañero de trabajo, que le arroje un balón de fútbol y así
poder observar con cuál pie reacciona y patea el susodicho balón. Quien lo
ayude debe instalarse frente a usted a unos seis metros con veinticuatro
centímetros; milímetros más, milímetros menos, no importa, despreocúpese por la
exactitud. Luego lanzarle el balón en dirección a sus pies en una elíptica de
elevación no mayor a dos veces y un cuarto su propia altura y no menor a su
propia altura y tres cuartos. O sea, si usted mide 1.64 metros el balón
debe elevarse entre 2.87 y 3.69
metros . Recuerde, milímetros más o milímetros menos, no
se afane por la exactitud. El balón debe viajar con fuerza para vencer la
atracción gravitatoria del planeta pero sin olvidar que usted ya tiene
problemas visuales y que no es ni Rivaldo ni Chilabert. Por último, después de
lanzado el esférico, su colaborador debe encomendarse al santo de su
preferencia, pues a pesar de no ser ni Rivaldo ni Chilabert, probablemente usted
se crea Roberto Vagio disparando un penal.
Si patea el
balón con el pie derecho, obviamente usted es diestro de piernas. De resultar
que el pedal dañado no es incompatible con la pierna de su preferencia usual,
deberá entrenarse hasta que así lo sea. Es decir, si el pedal dañado es el
derecho y usted es diestro pernilmente hablando, haga el ejercicio futbolístico
hasta que termine pateando con la izquierda o se harten sus amigos, familiares,
vecinos o compañeros de trabajo de perseguir balones.
La incompatibilidad
pedal y pierna tiene como resultado que usted al pedalear haga mayor esfuerzo
sobre el pedal aún no dañado; así la pieza afectada sufrirá menos deterioro y
se alargará su precaria y frágil vida media. Pero.
Sabemos que usted ahora destina la mensualidad de su
antiguo auto en el pago de la parte de la hipoteca responsabilidad de su
cónyuge recientemente despedido y que el dinero destinado a sufragar el costo
del combustible, ahora lo dirige a subsanar el alza inflacionaria en la canasta
básica familiar. Sin embargo, ¿se acuerda de lo gastado en lubricante? Ahorre
dicho fondo. Mire que se lo estamos advirtiendo a tiempo. Con la fuerza extra
que usted va a imprimir sobre el pedal todavía sano, éste tardará poco en pasar
a pedal dañado; así que, tarde o temprano, tendrá que realizar una inversión y
comprarse dos nuevos pedales.
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