De todas maneras
A Leticia
La
Muerte recorría el planeta admirando su obra y poder, sin embargo le sobresaltó
el hecho de siempre hallar Vida a su paso. Por eso decidió buscar un lugar
donde sólo ella reinase. Buscó por glaciares, mares, desiertos y montañas.
Intentaba destruir todo ser pero luego se convencía de no tener suficiente
fuerza. Prosiguió hasta que al fin encontró esa oquedad que tanto anhelaba: un
sitio donde la brisa contemplaba sus muñecas sangrantes por el filo de los
grilletes y el frío curtía la piel del sol. Ese agreste lugar fue tan estéril
que la Muerte impresionada cayó en cuenta que en medio de aquella sublime
desolación, ella estaba viva…