Hoy, aunque las vigas anuncian su
derrota y fanfarronean con hacer añicos las aventuras, detendré el paso de las
once sanguijuelas que consumen los años. Hoy, aunque el ocaso termine con agua
hasta la cadera, veré que estallen los colores en el prado y que la brisa dance
con el canto de la abeja. Hoy, aunque el abandono se alista a pedir audiencia,
silbaré una sonrisa.
Hoy se quebrará la cruz con una
mirada de sol. Hoy no habrá rifa de ropajes. Hoy la luna danzará sin eclipses.
Hoy no habrá estrella oculta. Hoy el valle de las lágrimas será la pradera de
las espigas. Hoy no habrá ayuno involuntario. Hoy el corazón traspasado por fin
exiliará a los puñales. Hoy no habrá hierro bermellón. Hoy es el día. Hoy, con
un guión en el alma, pondré un punto final al capítulo de las esperas. Hoy al
mediodía saldré a caminar. Aunque sea cuesta arriba.
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