El silencio
del teléfono
Se convirtió en una condena
¿Por qué no llama aquel que inundó su vientre?
¿Por qué su vientre ya está inundado?
Un par de meses de retraso
El respectivo examen de orto
Y el delirio se esfumó
“Voy a dejar a mi mujer”
Promesa escrita en el hielo
Y el hielo se derritió
Él llegó temprano al portal de ella
Ella recibió tarde el ariete de él
Él hizo un juramento
Ella quiso creerle
Y soñó con una vida de inundaciones
Y terminó ahogada por el diluvio
Y toda el agua del río rojo estancado
Fue a parar a los bronquiolos
De un niño no nacido
De uno que llamarían
Joaquín
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