Me muevo al margen...

Aquí, en el margen, en el margen del canon, no hay reglas que cumplir, ni jueces que complacer, ni halagos que buscar, ni aplausos que dar con el hígado irritado...aquí, en el margen, en el margen del canon, sólo puedo hacer lo que me da la gana...

domingo, 28 de octubre de 2012

NO ERES



                     Niña y gato
 A Elliot
            No eres un genio en matemáticas aplicadas, idiomas o arquitectura. Tampoco sabes decir chistes, hacer acrobacias, cantar ni bailar. No eres el más trabajador y responsable ni el más fiel a la empresa comenzada. No eres el más fuerte y ni siquiera el más débil. No eres ni el mejor ni el peor. No eres el que más destaca y mucho menos te esfuerzas por hacerlo. Pero qué feliz me haces, cuando me siento en el sofá de la sala, te acomodas sobre mi abdomen y ronroneas tibiamente.

domingo, 21 de octubre de 2012

MURIO EL FARISEO



 Fariseo Liberado

Ya no anuncias con atabales tus mansedumbres; terminaron los aplausos en la Iglesia, el club y la escuela. Tu hoja de vida ya no engordará con huecas beneficencias.
Ya no tiñes los vicios con albura falsa; de día en la oficina, de noche en tu hogar y en la madrugada...buscando los deslices.
Murió el fariseo...ya no pecas en privado...Murió el fariseo...ahora lo haces en público.

sábado, 13 de octubre de 2012

MIS DOS NOVIAS



Tengo dos hermanas por novias, cada una es muy linda a su modo. Yo más quiero a la mayor, es de la que estoy enamorado.
La menor siempre me acompaña y ya me he acostumbrado a ella. La mayor tiene los ojos negros y puestos en el horizonte; la otra nada más mira el suelo con sus luceros chocolates. El viento choca con la sonrisa de la mayor y rebota alegre; las nubes entristecen al acariciar las mejillas de la menor. Tengo dos novias, Libertad es el nombre de la mayor, la menor se llama Soledad; ambas son bonitas a su modo.

sábado, 6 de octubre de 2012

LA ADORACION DE LAS NUBES






Postradas hacia occidente adoran al moribundo. El que las liberó, agoniza. Recuerdan la Batalla del Medio Día, en donde el Mar alzaba su pesado mazo sin tocarle un dedo al Sol y él, Señor de la bóveda celeste, lanzaba sin fallar sus lanzas. Herido el Océano, no tuvo más remedio que dejar ir a las Nubes. Ahora su padre se muere ahogado en destellos hemorrágicos y ellas gimen mientras llega la noche. Cuando se asome la oscuridad, se recostarán para abrigarse unas contra otras y escucharán las predicas de la Luna. Entonces ya no llorarán, Selene les hablará de un nuevo Sol que vendrá por Oriente. Ya no tendrán frío y con la próxima Aurora, navegarán por los aires libres y sonrientes.